Por la calle va el emperador desnudo. Mientras la gente hace reverencia a su “traje de oro”, hay un niño en el público que ríe al gritar “¡PERO QUÉ TRAJE SI VA DESNUDO!” Aquél emperador se llamaba Teleamazonas. El niño no se apellidaba Correa, ni representaba el deseo del pueblo. No era tampoco una especie de revolucionario en empaque petite. Era nada más un niño que supo ver en el emperador lo que el resto evitaba: la verdad.
Durante años, Teleamazonas ha sido el canal rey del país en información: primero en noticias, en programas, en coberturas…en mentiras. No han sido uno, ni dos…sino decenas de casos comprobados donde Teleamazonas ha sesgado información, ha manipulado el manejo de fuentes y ha influenciado en la opinión pública de manera predeterminada y a sabiendas de lo que hacían como medio de comunicación dentro de la sociedad ecuatoriana.
LA AEDEP expresamente señala que el ataque cometido contra Teleamazonas es un ataque contra la libertad de expresión de todos los ecuatorianos. ¿Acaso todos los ecuatorianos abusamos de nuestra influencia en la sociedad para manipularla?
¿Acaso todos los ecuatorianos mentimos de manera pública y con conocimiento de causa? ¿Acaso todos los ecuatorianos apelamos al marketing sentimental para reunir centavos? No señores. Los ecuatorianos no somos emperadores con trajes nuevos.
Es necesario que la prensa nacional recuerde sus límites.
Es indispensable que tomen nota sobre las cosas que pueden pero no deben hacer. Es justo que alguien grite que el emperador va desnudo. Por supuesto, no se trata de un niño. Se trata de un duende que, si grita es porque le conviene, no lo olvidemos. Pero eso no le resta peso al hecho de que, con su grito, está despertando a todos. Despertemos señores, que en esta sociedad no se necesitan corazones ardientes, sino mentes lúcidas.
¡Pura Vida!
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